
Si en mi anterior entrada trataba de convencerte para hacer una limpieza de armario, ahora te voy a explicar detalladamente cómo hacerla.
En un post de Instagram que publiqué la semana pasada daba una pequeña guía, una orientación para realizar esta tarea que tan coñazo resulta. Sí, es un coñazo: ¿Para que engañarnos? Hacer la limpieza de armario tiene momentos fáciles (cuando por fin te deshaces de ese pijama deformado), momentos difíciles (cuando debes decidir qué hacer con ese jersey que no combina con nada) y momentos verdaderamente dramáticos (cuando tienes que dejar de respirar para poder cerrar el botón de los pantalones que llevabas hace un par de años). Pero por coñazo que resulte es el primer paso hacia la moda sostenible, y con el método que te voy a explicar a continuación te resultará fácil.
Antes de empezar, deberás tener presentes dos reglas:
Primera regla: si algo no te sirve, no te lo quedes. Piensas que en el futuro te servirá, pero mientras, cada vez veas esos vaqueros que no cierran te recordarán “ese tipito que tenías”, al igual que hace tu tía la bruja cada Navidad. Así que deshazte de ellos, en otro post te explicaré cómo. Me refiero a los vaqueros. Para lo de tu tía la bruja tengo poca solución.
Segunda regla: cada vez que te enfrentes a un momento dramático, piensa en lo bien que te vas a sentir cuando veas tu armario, perfectamente ordenado, con espacio, y sólo veas esas prendas que de verdad te gustan. Y además, te ahorrarás tiempo en vestirte cada mañana. ¿Sabes eso de “tengo el armario lleno y nada que ponerme?” Pues cuanto más lleno está el armario, más probable es oír esa frase.
Y ahora vamos con el paso a paso:
Primero: Observa tu armario. Empieza sacando las prendas que te pones con más frecuencia, las de tu día a día. Son las que te vas a quedar seguro. Acumúlalas en lo que llamaremos el “montón A”. Ahora pregúntate qué pasa con las demás: ¿Por qué no te las pones? Seguro que alguno de los siguientes motivos es la causa:
– ¿no te sirven? deshazte de ellas. Es la regla numero uno y expuse por qué un poco más arriba.
– ¿no te gustan? responde con honestidad por ti y no por la sociedad. Vamos, que no tengas en cuenta si están o no de moda. Yo soy partidaria de que si te gusta, pero no está de moda, te lo quedes: ¡el que guarda siempre tiene! Y además, gracias al Fast-Fashion las modas vuelven cada vez más rápido. Y si no te gustan, de momento, también, pero en otro sitio: es lo que llamaremos el “montón B”.
– ¿no te favorecen? De nuevo, al montón B. Luego ya cuento qué hacer con él.
– ¿no sabes combinarlas, pero te gustan y te favorecen? Acumúlalas en un montón aparte, el “montón C”.
– ¿necesitan algún arreglo? Pues adivina, tienes que hacer otro montón, el “montón D”, salvo que sean irreparables, en cuyo caso, asúmelo y despídete de ellas. Si no sabes si se pueden arreglar, pregunta a una amiga “xeitosa”, busca un sitio de arreglos en tu barrio, o pregunta en la mercería. Donde yo vivo hay muchos sitios y en la mercería Lena siempre me saben dar solución.
Como ves, sólo te pido deshacerte de las que no te sirven o son irreparables. El resto las tienes en 4 montones.
Segundo paso y tercer paso: Analiza tu estilo y quédate con lo bueno. Es el momento de poner cada montón en su lugar, y aprovechar para hacerte a ti misma un par de preguntas:
– Montón A: es el que debes ordenar perfectamente en tu armario. Seguramente contenga prendas más que suficientes para tu día a día. Puedes aprovechar este punto para preguntarte cual es tu estilo, qué dice tu ropa de ti.
– Montón B: el de las prendas que no te gustan, no te favorecen, o están pasadas de moda. Pero pese a todo, seguían en tu armario. Por algo será. Mi propuesta es: escóndelas, en otro armario, debajo de la cama o en cualquier lugar poco accesible. Cada vez que vayas a por ellas pregúntate qué servicio te dan para que vayas a ponértelas otra vez.
– Montón C: el de las prendas poco combinables. Este montón debería ser el más pequeño. Si te combinan poco, es porque seguramente no vayan acorde con tu estilo. Pregúntate si realmente dan la imagen de ti que tú quieres. Pruébalas con diferentes prendas para buscar cómo ponértelas. Deben encajar en al menos tres outfits. Una vez hecho esto ya puedes guardarlas con el montón A.
– Montón D: Las prendas que necesitan reparación. Ponlas donde más te molesten a la vista para no olvidarte de repararlas. Puedes hacerlo tú misma: es una actividad relajante y como premio podrás seguir vistiendo tus prendas favoritas.
Cuarto paso: Haz tu lista de deseos, es decir, de aquello que te gustaría tener en tu armario:
Ahora puedes preguntarte si realmente necesitas alguna prenda que no esté en tu armario. Seguramente necesitar, lo que se dice necesitar, no necesites nada. Pero es posible que quieras sustituir alguna de tus prendas del montón B, sobre todo aquellas que has vuelto a poner una vez lo has guardado apartado del resto de tus prendas. Mi propuesta es que ahora que te conoces un poco mejor y sabes qué imagen quieres dar, las vayas sustituyendo poco a poco hasta estar totalmente satisfecha con el contenido de tu armario. Seguramente acabes con menos prendas pero mucho más ponibles.
Y por último: ¡no compres a lo loco! Cuando compres una prenda elije preferentemente:
– segunda mano: no hay nada que menos contamine que lo que ya está fabricado. Y aunque suene a vieja, antes las cosas se hacían mejor. Adquirirás una prenda con historia y de mejor calidad (y con más carácter).
– marcas de moda sostenible: ahora que te has dado cuenta de que no necesitas comprarte un armario entero, tienes tiempo para investigar un poco. Busca en internet y pregunta en tiendas locales. Estas marcas cuidan muchísimo los materiales y los procesos de fabricación, además de que intentan que sus diseños sean atemporales. Tendrás una prenda casi eterna en tu armario, y la acabarás poniendo tantas veces que a la larga te habrá resultado más barata que su equivalente fast-fashion.
No podemos estar más en el mood de tu forma de ver el cambio a un armario en calma, sostenible y que nos haga más felices.
Gracias por este artículo q sin duda hace ver este proceso más fácil de lo que parece.
¡Merece tanto la pena hacer el cambio! 🤗❤️
¡Saquemos lo tóxico de nuestra vida(ropa, compras, ideas tóxicas preconcebidas…) y demos la bienvenida a nuestro yo de verdad, a nuestro Power, y a un armario con el que flipes de buen rollo cada día!
💚KRIS👌🏻
a buenas horas veo tu comentario! Se ve que tardaba en llegar, ajjaja. Gracias por comentar, prometo que la próxima vez tardaré menos en contestar